miércoles, 23 de noviembre de 2016

PUEBLOS INDIGENAS PRESENTE EN EL ESPACIO LOS LLANOS



PUEBLOS INDÍGENAS PRESENTE EN EL ESPACIO LOS LLANOS
1. Familia Guahíbo
a) Sikuani o Guahíbo. Guahíbo (Guajibo, Guajiba, Guagivo, Uajiba, Guajiva, Guayba, Guayva), es el nombre genérico para "indígena" usado por los llaneros. Guaiba es el nombre usado por los Tunebo para designar las tribus "salvajes" de los Llanos.
Sikuani es la auto denominación del grupo. Comprenden una serie de grupos regionales, bandas regionales o clanes denominados momowi. Son agrupaciones con un territorio más o menos reconocido y caracterizadas por diferencias lingüísticas muy tenues. Existe una noción de descendencia común de un antepasado animal cuyo nombre se antepone a la palabra momowi para designar el grupo. Este término se traduce por la palabra "raza" o "nieto de" y se asimila al concepto de apellido.
Comprende aproximadamente 15.000 a 20.000 individuos en Colombia y unos 5.000 en Venezuela.
b) Cuiba. Denominación que comprende una decena de grupos originalmente nómades y ahora asentados y relativamente aislados. No se ha estudiado la dialectología de este conjunto, así que la clasificación de sus hablas en una sola lengua, es por ahora tentativa.
Wamone es la autodenominación y significa "nuestra gente". Los Cuiba se subdividen en una serie de bandas móviles que poseen las características siguientes:
- Territorio propio, generalmente con un río y sus afluentes.
- Origen mítico común. Los antepasados de cada banda habrían emergido de una fuente de agua localizada en su territorio respectivo.
- Un dialecto propio, por lo menos particularidades lingüísticas.
- Un nombre. Generalmente se designan con el nombre del jefe.
Son unos 1.000 en Colombia y 800 en Venezuela.
c) Macaguane. Grupo del medio río y el caño Guiloto.
Hitnu es su autodenominación. Comprende dos bandas de 150 y 100 personas, aproximadamente, que tienen relaciones de intercambio y se denominan una a otra, en forma despectiva, con los términos chipir-bone (gente pequeña o gente de pene pequeño) y tsane-bone ("gente hinchada o gente de pene hinchado"). A diferencia de los Cuiba, Sikuani es un grupo con una tradición.
d) Guayabero. La lengua de esta etnia es la más diferenciada de la familia y no es inteligible para los otros Guahíbo. Se localizan a lo largo del río Guaviare, aguas abajo de San José.
 Mitua es la autodeterminación de los Guayabero y no grupo Piapoco como aparece a veces en la literatura. Otras b) denominaciones antiguas son: Cunimía y Bisanigua.
Su población asciende a unos 500 individuos.
2. Familia Arawak
a) Piapoco (Yapaco, Cuipaco). Lengua hablada por unas 3.000 personas en la región
comprendida entre los ríos Vichada y Guaviare. Muchos Piapoco viven entre los Sikuani, con quienes tradicionalmente hay relaciones de intercambio matrimonial.
Dejá es el nombre dado por los Sikuani y los Cuiba. Dzase es una denominación que aparece en la literatura. Enagua es el nombre con que se conoce el grupo antes del siglo XIX.
Los Piapoco se subdividen en una serie de clanes exogámicos cuyos nombres expresan la idea de descendencia de un pseudoancestro animal, uno de ellos el pájaro Piapoco. A1 nombre del animal sigue el sufijo Itaquema.
b) Achagua. Después de haber sido la población más destacada de los Llanos, tanto por su número como por su cultura y organización, hoy están reducidos a un grupo de 80 personas en Chavlovo- Umapo, sobre la margen derecha del alto Meta.
Antiguamente se dividían en varias decenas de grupos exogámicos locales nombrados generalmente con designaciones de animales, seguidos por la palabra bene o herrenais o taquerris, equivalente al sufijo momowi usado por los Sikuani.
3. Familia Sáliva-Piaroa
a) Sáliva (Saliba, Salliba, Salibi, Saliva). Es la denominación actual y única de este grupo. Aunque originaria del medio Orinoco, la población Sáliva se encuentra hoy en su mayoría en la zona del río Meta y sus afluentes, proximidades de Orocué. Su población asciende a unos 1.300-1.400 individuos.
b) Piaroa. Designación que aparece por primera vez en 1750 para un grupo del Sipapo. Según la tradición oral Sáliva, los Piaroa pertenecen a su misma etnia. Woteche es la autodenominación y nombre de los Piaroa "propios", con el que se distinguen de los grupos que se han integrado a la etnia y que no pueden llamarse Piaroa.
Su población es de unas 3.000 a 4.000 personas, localizadas principalmente en territorio venezolano, en la margen derecha del Orinoco. Unos 400 individuos
viven en Colombia en la región de Manaveni.
4. Familia Chibcha
a) Tunebo. Son unos 2.500 a 3.000 individuos. Habitan en la vertiente oriental de la Sierra Nevada del Cocuy, hacia el Llano. Según la tradición oral, eran parientes de los Chiubche. Su lengua es probablemente la más cercana al Muisca del altiplano. Los nombres de los grupos Tunebo están dados por el lugar que ocupan, por las denominaciones de las montañas, ríos, lagos, etc.
b) Betoye (Betoi, Jirara). Comprende varios caseríos en proximidades de Tame, Arauca. Aunque conservan su identidad indígena y unidades familiares y residenciales de tipo tradicional, no hablan hoy en día su lengua original. El habla castellana de este grupo, por sus peculiaridades, ha merecido estudios lingüísticos.
Las designaciones de los grupos provienen de los nombres castellanos de jefes locales: Velasqueros, Roqueros, Borrero, etc. Jirarre es el nombre dado por los Macaguane a este grupo.
c) Yaruro. Se localizan en Arauca Coparaparo, Cunaviche, Apure en Venezuela. Su territorio tradicional abarca también parte de Colombia, en la intendencia de Arauca. La población asciende a unos 1.500 habitantes.
Pumé es la autodenominación. Los grupos Yaruro se designan de acuerdo con el territorio que ocupan tradicionalmente, generalmente definido como un río 0 segmento de un río.
5. Familia Pamigua-Tinigua
Tinigua. Este grupo formado por unas dos familias, en la vertiente oriental dé la Macarena, sufrió en los últimos años una fuerte reducción por efectos de la intensa colonización y de la violencia de los años 50, durante la cual habrían sido víctimas de un genocidio.
Su filiación a la familia Sáliva ha sido cuestionada y se ha propuesto clasificarla como grupo independiente junto con el Pamigua, hablado el siglo pasado en el alto Yarí, pero del que no hay referencias modernas (Ortiz y Pradilla, 1984).
Sistema de producción
a. Selva de galería
Dentro de la economía diversificada que actualmente practica casi la totalidad de los grupos llaneros, la horticultura juega un papel central por constituir una de las fuentes principales de la subsistencia como actividad que determina en buena parte la forma de apropiación del territorio.
La yuca como cultivo principal, caracteriza la horticultura de los grupos Sikuani, Piapoco, Sáliva, Achagua, Guayabero y recientemente de los Cuiba.
Las variedades de yuca amarga se siembran intercaladas hasta una docena por chagra, para lograr una mayor y más larga producción en el terreno. En áreas de bajos y en zonas húmedas se siembran los plátanos (topocho, cambur, etc.). La piña, fríjol, batata y ñame se cultivan en pequeñas extensiones al lado de los yucales, mientras que cerca de las casas se siembran frutales como guama, mango, papaya, cítricos, condimentos y plantas medicinales. Para la elaboración de la bebida alcohólica Yalaki, elaborada a partir de la yuca amarga, se siembra una yuquera adicional.
La preparación de nuevos terrenos (actividad que se realiza en diciembre), y algunas veces la siembra, se lleva a cabo mediante el convite o unuma, convocado por el jefe del asentamiento.
La siembra tiene lugar en los días anteriores a las primeras lluvias, anunciadas en el calendario ecológico por el vuelo de los bachacos y en el calendario astronómico por la posición de las Pléyades, Ibinai, y de Orión, Kajuyali, el dios cojo, conocido también como el sembrador. Una segunda siembra anual tiene lugar en el mes de agosto con ocasión del veranillo, señalado también por una constelación, el Delfín, Tsamani.
Después de unos ocho meses de sembrados los yucales, la producción es continua, y como cada familia posee varios conucos en distintas fases de desarrollo, las necesidades familiares se satisfacen ampliamente.
El casabe y el mañoco se preparan e intercambian continuamente. Este último es además un producto que se conserva largamente y que constituye la provisión indispensable para los viajes.
La difusión de la horticultura de la yuca y el complejo cultural que la acompaña, ha sido atribuida a los Arawak y así lo confirman tanto los datos de la tradición oral, como las interpretaciones arqueológicas. Los primeros grupos de hortícolas en los Llanos pertenecen a las tradiciones Salaloide y Barrancoide, desarrolladas en el Orinoco y luego difundidas hacia el norte y las Antillas, y se asocian con probabilidades a la familia Arawak.
Otra tradición importante, en los Llanos, es el cultivo del maíz, reforzada también a nivel de información arqueológica y de tradición oral, con el mito del árbol Kaliawiri, el cual al caer da diferentes productos según donde hayan caído las ramas, y de las astillas sale el maíz.
Los Cuiba, quienes hasta hace pocos años no practicaban la horticultura, conocen, sin embargo, la tradición del árbol Kaliawiri; en ella explican tanto el origen de la horticultura como la distribución en territorios particulares, de las especies alimenticias silvestres.
b. Airico de Macaguane
Los Hitnu, de la región selvática de Arauca, ejemplifican un subtipo de horticultura de tumba y quema; aunque en líneas generales, es la misma descrita anteriormente, se distingue por un orden de importancia diferente en las plantas de cultivo, básicamente las mismas. El plátano, del que se siembran unas ocho variedades, es el cultígeno que ocupa el lugar fundamental; constituye la base de la alimentación y de él se prepara también una bebida fermentada, el majule. Las especies que le siguen en importancia son: maíz, yuca amarga y dulce, batata, algodón y tabaco.
c. Laderas y piedemonte
Entre los Tunebo, la agricultura, las migraciones y demás momentos del ciclo anual están sistemáticamente determinados en los calendarios astronómico y ritual.
Poseen un calendario basado en la observación del movimiento del Sol. El año comienza en el solsticio de junio, cuando el Sol llega al extremo norte de su recorrido, Isura. A partir de allí se cuentan los doce meses del año. Los seis primeros se nombran así: cotárita, turusac, beguit, ebcatum, saram y ticájira, según las posiciones de la salida del Sol y se precisa que son isura, del norte. Los seis meses siguientes se refieren a las mismas posiciones pero ahora en orden inverso: ticájira, saram, etc., y se califican como wistura, provenientes del sur (Headland, 1982).
Además de este calendario de seis meses dobles, se ha señalado entre los Tunebo una división del año en 15 meses o lunas: 1. Ebkátima, tiempo de sembrar el maíz; 2. Tikájira, tiempo de caza y pesca; 3. Sárama, tiempo de pesca y recolección de miel; 4. Se siembra ñame, yuca y plátano, época de construir las casas; 5. Turusaca; 6. Mamájita, tumbas y pesca en los grandes ríos; 7. Bijijira, tumbas secundarias; 8. Bikchina, florece el árbol Bikchina y se realizan desyerbes y quemas; 9. Bekira, ritual de cuesco y fabricación de ollas para chicha y trampas, comienzo del invierno; 10. Sásara, cosecha del maíz, continúa la ceremonia del cuesco; 11. Ruktajia, los Cobaría hacen bailes y los Aguablanca están en el ayuno de cuesco; 12. Irabachá, Bakchitá amenaza con comerse a los Tunebo; 13. Bebara, los Cobaría hacen baile de maíz; 14. Rasa, los baños están prohibidos, termina con un temblor de tierra; l5. Rúnara, termina el ayuno de los Aguablanca (Márquez, 1979:59).
Los agricultores Tunebo aprovechan los diferentes pisos climáticos para obtener una más diversa y regulada producción de alimentos. En el piso alto (clima frío) cultivan raizón, seis variedades de fríjol, algunas variedades de maíz, malanga, repollo, apio, berenjena y otras verduras. En el piso bajo siembran ñame, maranta, batata, yuca de bejuco, ocho variedades de plátano, bijao, piña, lulo, aguacate, bagala, bore, ají, tamuruco, coca, chontaduro, oxalis, etc.
Además de las huertas, suelen sembrar en las proximidades de las casas, algunas plantas que intentan adaptar al clima local o plantas silvestres que buscan domesticar.
El nomadismo en el Llano no puede verse como una cuestión de estadio en el desarrollo social, sino como un hecho significativo de adaptación. Aun los grupos con una agricultura desarrollada, conocedores del cielo y dueños de técnicas de control de las aguas, dependen también de los recursos de la caza, pesca y recolección, los cuales intercambian con otros grupos.
Para los Guahíbo horticultores, las principales divisiones del año se fundan en el ciclo de lluvias, mientras que los Cuiba observan el nivel de las aguas, más íntimamente relacionado con los ciclos biológicos, e indicativo de las facilidades de movilización a través de las sabanas.
Ambos grupos observan la postura de las diferentes especies de tortugas y aves que van desovando a medida que se secan los barrancos, las playas altas y las playas bajas. Durante esta época de verano, la fauna acuática y terrestre se encuentra en los ríos mayores hacia donde todos los grupos concurren en busca de caza y pesca. También es el tiempo de recolectar miel de abejas y yopo.
El invierno se inicia, para los Sikuani, con las primeras lluvias, anunciadas por el vuelo de los bachacos; comienzan las siembras y la cosecha de frutos de palma de diversas especies. Ante la relativa escasez de la fauna, se consumen diversos insectos como los bachacos y gusanos de palma.
Por su lado los Cuiba están atentos a la subida de las aguas y con ellas de los peces que remontan los caños para desovar, y a las palmas y otros frutos y raíces que suministran, durante esta época, gran cantidad de alimentos. Gracias a su movilidad, los Cuiba no dejan de obtener presas grandes como chigüiros, zaínos, venados, etc., hecho que evita la ingestión de insectos que sí utilizan los Sikuani.
Es casi incontable el número de especies botánicas y zoológicas que utilizan los Sikuani y Cuiba para diferentes usos: alimenticios, técnicos, medicinales, mágicos, psicotrópicos, venenos, tinturas; o como señales de la presencia de ciertos animales o como indicadores climáticos.
No hay que olvidar que durante los dos últimos siglos los nómades han sido objeto de una persecución sistemática por parte de los blancos, y aun en nuestros días, después del escándalo que causó el asesinato de los Cuiba en la Rubiera en 1967, han seguido las matanzas de indígenas en las zonas más aisladas como el Caño Agua Clara en Casanare.
Organización sociopolítica
En los grupos Sikuani, Cuiba, Piapoco, Yaruro, Sáliva y Piaroa prevalece un tipo de organización familiar fundada en la autoridad del suegro. Ilustraremos su funcionamiento con ejemplos Sikuani y Cuiba.
Entre los Sikuani la unidad de producción y consumo y la unidad residencial están constituidas generalmente por una pareja adulta, los hijos e hijas jóvenes y las hijas casadas, con sus respectivas familias. Con el crecimiento del grupo, los yernos tienden a construir viviendas separadas.
Los Cuiba y Sikuani, con un sistema de parentesco dravídico, clasifican a los miembros de la comunidad, y en general de la etnia, en dos categorías fundamentales: la de consanguíneos directos como los progenitores, hermanos e hijos, lo mismo que los tíos, hermanos del mismo sexo que los progenitores, hermano del padre y hermana de la madre y cuyas denominaciones se pueden traducir como "padrecito" y "madrecita", respectivamente; los primos paralelos, hijos de los hermanos del padre y las hermanas de la madre, se asimilan a los hermanos, y los sobrinos y sobrinas hijos de hermanos, se asocian a los hijos propios. En la categoría de aliados se considera a los hermanos de la madre y hermanas del padre, quienes son a la vez suegros y suegras, pues son los progenitores de los primos cruzados o esposos y esposas virtuales: En la generación inferior, los hijos de la hermana para un ego masculino, y los hijos del hermano para un ego femenino se consideran como yernos y nueras que ya efectivamente son quienes se casan con los hijos de ego.
El matrimonio es preferencial con la prima cruzada bilateral y en el grado más próximo posible.
También se dan los matrimonios exogámicos; es común encontrar matrimonios entre Sikuani, Piapoco y Sáliva.
Entre los Cuiba las relaciones de parentesco estructuran el intercambio económico y las relaciones de trabajo: distinguen dos clases de productos de intercambio, según sean alimenticios o no; los primeros se dividen en dos categorías: alimentos dulces y amargos, y los segundos según pertenezcan al dominio masculino o al femenino. Tendríamos los siguientes:
OBJETOS DE INTERCAMBIO
Alimentos
No Alimentos
Dulces
MIEL
Carnes
Frutas
Amargos
YOPO
Tubérculos
Yuca
Femeninos
Ollas
Ropa
Masculinos
ELEMENTOS RITUALES
Instrumentos




La miel y el yopo se valoran tanto por sus calidades propias como por su escasez relativa, ya que solo se obtienen durante la estación seca, mientras que los otros productos son comunes y constituyen la alimentación cotidiana.
Los elementos y sustancias rituales, como maracas, collares, resinas y extractos vegetales, etc., entran dentro de la categoría no alimenticia y son especialmente apreciados como objetos de intercambio.
Entre los Cuiba el intercambio sigue las reglas siguientes:
Los alimentos dulces son dados por el suegro al yerno, y por el sobrino al tío, a cambio de los alimentos amargos que se dan en el sentido contrario. Por su parte los productos no alimenticios, se intercambian simétricamente entre cuñados y cuñadas.
El matrimonio se negocia en el lenguaje económico de los dones, e involucra no solamente al novio y al suegro, sino a las dos parentelas que, a través de las reglas que hemos señalado, participan por igual en la conformación de la alianza.
Entre hermanos y primos paralelos no existe intercambio ya que lo que se da es una cierta comunidad de bienes. Los lazos económicos entre hermanos y primos paralelos se manifiestan esencialmente como cooperación en el trabajo; por el contrario, los cuñados no pueden trabajar juntos y en general su trato mutuo es muy formalizado y es incompatible con la camaradería del trabajo.
Otra forma de trabajo, pero esta vez no recíproco, es el que realiza el yerno al servicio de su suegro como compensación, por haber recibido de él, su esposa. Este "pago" en forma de trabajo, es más o menos intenso durante los primeros años de matrimonio, pero al cabo del tiempo la nueva pareja se independiza y los servicios en forma de trabajo se hacen cada vez más esporádicos.
En las reglas de intercambio de alimentos se reconoce igualmente un mecanismo de complementariedad entre productores de carne y productores de tubérculos, como elementos simbólicamente opuestos. Aunque según las relaciones de parentesco, una misma persona puede ser dador de carne para unos y dador de vegetales para otros.
En la relación suegro-yerno de tipo caribe, el suegro, a cambio de "dulce" -su hija y carne de cacería, actividad de prestigio- se beneficia con el fruto del trabajo de su yerno en su conuco, que produce yuca. Encontramos también aquí, un mecanismo de complementariedad ecológica entre grupos de cazadores y grupos de horticultores.
Las terminologías de parentesco de los Piapoco y Piaroa, son también de tipo dravídico y establecen las mismas categorías que los Sikuani. La regla de matrimonio preferencial con la prima cruzada, aunque idéntica, tiene una aplicación diferente debido a las reglas de residencia. Entre los Piaroa se practica la endogamia local, ya que en un misma asentamiento y en una misma churuata conviven las familias aliadas. Entre los Piapoco la regla es la exogamia local, por lo que los grupos aliados viven en asentamientos diferentes, aunque vecinos. Como vimos, los Sikuani están en una situación intermedia, pues aunque la exogamia es deseada, por las características demográficas de los caseríos, no es siempre posible su aplicación.
Por su parte, los Yaruro tienen una terminología que difiere de los casos anteriores, pues no distingue en la generación de ego, entre primos cruzados y paralelos. Sin embargo, también practican el matrimonio preferencial con la prima cruzada que se reconoce, entonces, no por un término particular, sino por ser hija de un hermano de la madre o de una hermana del padre. Tanto los Yaruro como los Piaroa practican la endogamia local; ello, no obstante los movimientos de población y los intercambios, les ha permitido mantener una cierta unidad territorial.
Entre los Cuiba, el sistema de relaciones de parentesco y el fortalecimiento de ciertos lazos mediante la realización de alianzas y dones repetidos, dan origen a parentelas, que definen grupos migratorios. En la actualidad, con la sedentarización ya generalizada, los grupos de parientes forman "barrios" dentro de los poblados permanentes en los que se han asentado bandas enteras.
Las bandas Cuiba están conformadas por grupos de parentelas unidos a su vez por lazos de parentesco y por el uso tradicional de un territorio de migración, que consiste generalmente en un río o segmento de río, y aunque no existe la noción de propiedad territorial, se reclaman derechos de uso. Las bandas se nombran generalmente por el río correspondiente o por el nombre de sus líderes.
Las particularidades dialectales, rasgo esencial de la banda, se destacan cuando se requiere marcar las distancia entre uno y otro grupo.
Las relaciones entre bandas son más o menos tensas. Aunque hay alianzas y un intercambio permanente, no dejan de existir conflictos y acusaciones de brujería. También los grupos más fuertes suelen tomar mujeres en otra banda sin que se dé la reciprocidad o la alianza simétrica correspondiente.
Los Sikuani tienen un sistema social abierto y elástico, ya que las parentelas no tienen límites fijos, y admiten una adecuación permanente a las condiciones sociales cambiantes que impone la movilidad de los grupos.
Los grupos o bandas regionales Sikuani constituyen un sistema de clanes que reúnen las siguientes características:
- Emblema o apellido cognático
- Territorio
- Particularidades lingüísticas
- Endogamia
La endogamia es una característica más bien ideológica, pues en la práctica para realizar alianzas, no se toma en cuenta la pertenencia al clan, sino más bien criterios de proximidad geográfica, o existencia de alianzas anteriores. También es teórica la consideración de que cada clan tiene un dialecto propio; como en el caso de las bandas Cuiba, aquí también se realzan pequeñas diferencias dialectales para manifestar una distancia más social que lingüística.
Parece probable que el sistema de clanes emblemáticos Sikuani, Achagua y Piapoco, sea un solo marco clasificatorio que se aplique por encima de las diferencias étnicas; por ejemplo, el grupo de los descendientes de la Danta, está formado por Piapoco y Sikuani, nombrados en su lengua como ema-itaguenai y metsa momowi, respectivamente. E1 sistema de los momowi Sikuani se aplica en efecto en las otras etnias, y así los Sáliva se clasifican como monoji-momowi, "gente del ají", los Curripaco como kowara-momowi, "gente del caribe", los Piapoco como Itukuekue-momowi "gente del pájaro piapoco", etc. Los sufijos Achagua para formar los nombres de los clanes: berrenais, veni, taquerris se conservan; veni en Sikuani, itaquenai en Piapoco.
Hay que anotar, sin embargo, que los clanes Piapoco y Achagua son patrilineales, mientras que entre los Sikuani la filiación es cognática o indiferenciada.
Los Piaroa se subdividen en grupos territoriales bien definidos llamados Itso fha. Son también unidades políticas comandadas por un líder: el ruwang. Este tiene poder para defenderse de la brujería y de la naturaleza en territorios extraños y por tanto puede viajar y mantener relaciones de intercambio, a diferencia de los demás Piaroa que no suelen viajar fuera de su territorio tribal (Kaplan, 1975: 27).

La cestería y la cerámica adquieren hermosos diseños entre los Guahíbo. Aspecto ritual es el consumo del yopo, alucinógeno, que macerado y dispuesto en patenas de madera es inhalado a través de instrumentos elaborados en hueso y cera. La maraca es también elemento ritual con la que se acompañan los cantos chamánicos.
Sistema de representaciones
Para los indígenas llaneros la magia, lo sobrenatural, lo esotérico (en general lo espiritual), no constituye una realidad aparte de la vida social y material diaria. La enfermedad y la muerte, la agresión y el conflicto, siempre latentes, irrumpen cuando desconociendo alguna prohibición, se altera el equilibrio entre el numeroso conjunto de individuos y grupos sociales, fuerzas de la naturaleza, almas, espíritus del bosque, de las aguas y del cielo que pueblan el vasto cosmos indígena. E1 chamán que recibe el poder de los dioses fundadores, es el gran mediador entre las distintas fuerzas de la sociedad v la naturaleza.
El cacique Tunebo tiene las funciones de jefe civil y religioso, preside los rituales del ciclo anual, que tienen un carácter purificador sobre los alimentos que se consumen en distintos momentos del año. Conoce los rezos para tal fin que ha aprendido a lo largo de varios años de estudio y entrenamiento.
Para la curación de enfermedades, los indicados son los Kareca o "curanderos", quienes han aprendido desde pequeños los rezos y el conocimiento necesarios.
Mientras que el futuro. Kareca Tunebo es tomado como discípulo desde niño, tan pronto como se conocen en él aptitudes para este cargo, entre los Guahíbo y Piapoco solo hombres adultos, y eventualmente mujeres viejas, pueden convertirse en chamanes, a través de un entrenamiento prolongado que incluye ayunos, abstinencia sexual, sorber repetidamente yopo y luego de una revelación por parte de los espíritus y dioses que controlan el universo y la enfermedad.
Entre los Hitnu (Macaguane) los chamanes se distinguen por su capacidad de multiplicar sus espíritus auxiliares y su clarividencia, que les permite interpretar y controlar las alucinaciones del yopo. Los Sikuani y Piapoco, por su parte, durante su entrenamiento, al lado de un chamán experimentado, desarrollan un órgano en la garganta, que les permite agarrar los agentes de la enfermedad, pequeñas partículas que extraen mediante aspiración del cuerpo del paciente.
El yopo, el tabaco, la coca, el capi, las vinagrejas y otras plantas psicotrópicas cumplen un papel central en el ritual y la medicina tradicional de los grupos del área. Los Tunebo son, sin duda, los mejores conocedores de este tipo de plantas, que clasifican como "familia de dios" o "yerbas de pensamiento".
Entre los grupos Guahíbo (Cuiba, Sikuani, Hitnu y Guayabero), el yopo ocupa el primer lugar entre las plantas psicotrópicas. Su consumo es de rigor en todas las ceremonias y rituales curativos, pero también se usa en situaciones sociales, como bailes profanos, visitas, y en el intercambio cotidiano.
Los Cuiba lo consumen a veces mezclado con tabaco y otras plantas como la guácima que lo hace más dulce, y si hay disponible también se mastica capi (Banisteriopsis); es muy apreciado el efecto combinado.
Para el consumo de yopo entre los Sikuani y Cuiba la parafernalia utilizada y los elementos rituales e instrumentos de música que le están asociados, se elaboran con especial cuidado.
En general los productos rituales como capi, yopo y tabaco, el polvo de talismán, los colorantes y las resinas usadas en curaciones como el peraman (Simphonia globulifera) son objeto de intercambio tanto dentro de la comunidad como entre los diferentes grupos. Entre los Guahíbo, Sáliva y Piapoco no solo circulan productos y artefactos sino conocimientos chamánicos. Tampoco son sistemas de interpretación excluyentes, pues se admite la coexistencia del sistema chamánico con la medicina occidental o cualquiera otra.
Entre los grupos Guahíbo y Piapoco los rituales más importantes son sin duda los del ciclo vital.
El "rezo del pescado", ceremonia de iniciación y de bautizo, tiene una gran difusión entre los grupos de la región, su sentido general es preparar a la joven para la vida adulta.
El Itomo, ciclo de ceremonias del segundo enterramiento, es uno de los principales rituales de los Sikuani. Mientras que el entierro primario es una ceremonia sencilla y solo interviene el chamán en caso de que se necesite averiguar quién fue el culpable de la muerte.
El entierro secundario consiste en una serie de bailes de "cacho de venado", como borrachera de yalaki en los que se entierra alguna prenda del muerto y que son preparatorios al gran baile en el que exhuman los huesos del difunto, se pintan con onoto y se vuelven a enterrar en una urna de cerámica.
Los Tunebo tienen un amplio ciclo anual de rituales a diferencia de los otros grupos de las tierras planas del Llano; entre ellos figuran:
Suruwa. Primer ritual dentro del ciclo anual. Se celebra en el mes de marzo. Es la ceremonia de iniciación femenina o postura de la hoja de rascador (kókora) con que se cubre la cabeza de la muchacha durante varios meses a partir de la primera menstruación.
Anmaya. Baile de las abejas, para que sea abundante este recurso; se celebra el 10 de abril en casas rituales de Cobaría y Tegría. Es muy importante para los Tunebo que reconocen más de 30 variedades de abejas.
Baukará. Ritual femenino para prevenir catástrofes; es una época en que no trabaja, se celebra el 20 de mayo.
Bariwá. Principal ritual de purificación en el que se sopla el cuesco (Ateniusa educalis) y da comienzo al ciclo de actividades.
A partir de la cosecha del cuesco a finales de junio, la comunidad se somete a estricto ayuno, solo se consume este alimento durante cuatro días después de soplado. Sucesivamente, a medida que se llevan a cabo los rezos para cada nuevo alimento, se permite su consumo. Además se hace una limpieza general de las casas, se renuevan las ollas, el fogón, las ropas, etc.
Cambio cultural
A la llegada de los conquistadores europeos, las diversas regiones de los Llanos estaban habitadas por una población numerosa que explotaba (combinando diversas estrategias) los recursos de cada área ecológica. Las vegas de los grandes ríos estaban ocupadas por grupos principalmente horticultores, como los Achagua en la región del Casanare y Vichada, los Jirara y Tunebo en la región occidental de Arauca, los Otomaco, Sáliva y Yaruro en el bajo Apure, el Arauca y el medio Orinoco, y los Guayupe y Sae en los Llanos del Ariari. En las regiones interfluviales, sabanas y selvas de galería de los cursos de agua menores, nomadizaban los Sikuani y Chiricoa que obtenían su sustento de la cacería, la recolección de vegetales y en buena medida del intercambio con los grupos ribereños. En algunos lugares vivían pescadores especializados, como los Adole, quienes habitaban en la región de los raudales y las islas del Orinoco.
El comercio, en el que los nómadas jugaban un papel esencial, estaba regulado por ceremonias de saludo; se utilizó la quiripa: moneda de concha de caracol reconocida en toda la región y áreas vecinas. Esta moneda facilitó el intercambio y la integración de un sistema de mercados que comprendía los Llanos, la zona Andina, la Guayana y el norte de la Amazonia. Entre los productos de comercio se destacaban el aceite de tortuga, pescado, resinas, mantas, oro y curare. En tiempos hispánicos el sistema comercial indígena desarrolló el comercio de esclavos hacia la Guayana, a cambio de herramientas y otros productos europeos, transformando lo que originalmente era un sistema de alianza, que le permitía a algunos grupos acrecentar su potencial social, incorporando jóvenes de otras tribus dentro de la clase de los yernos (peitó en Caribe) en un sistema de extracción de gentes para las plantaciones. Este comercio, sumado a los efectos letales de las expediciones de conquista, a la deculturación de la población concentrada en las misiones, determinó el derrumbamiento de la vasta red exogámica y comercial que sostenía el sistema social llanero.
En las haciendas-misiones, los jesuitas lograron implantar la ganadería extensiva que perdura en los Llanos y alrededor de la cual se desarrolló, en el proceso de mestizaje, una forma particular de cultura que es hoy característica del campesino llanero. En el proceso, los grupos ribereños desaparecieron casi completamente y los antiguos nómadas ocuparon las áreas abandonadas, incorporando segmentos remanentes y tradiciones culturales de los grupos horticultores.
En tiempos republicanos y especialmente desde fines del siglo pasado, desplazados por las sucesivas guerras civiles, campesinos de la zona Andina migraron a los Llanos incrementando la presión sobre la tierra. Reducidos a áreas cada vez más restringidas, los indígenas han sido víctimas de colonos y ganaderos, quienes prácticamente institucionalizaron el genocidio de los grupos independientes.
Muchos son los sincretismos entre la tradición indígena y la europea. El dios padre es Furná Minali, Kuwei o Nacom. Jesucristo es Maduedani, el inventor de las armas de fuego y quien trajo a los blancos y las mercancías. Santa Bárbara es hija del Rayo. La Virgen María es una de las mujeres Tsakimomovi, amazonas que viven en las Antípodas y matan a los hombres que se aventuran a llegar allí. Santa Juana es Ibarruowa, la hermana mayor de Tsamani y Vega la estrella que la representa se ve el 24 de junio día de San Juan. San Juan Bautista es Benajurune, personaje barbado de la selva, cuyo cuerpo está siempre cubierto de miel.
Los ojos de Santa María son las estrellas en la cola de Scorpio. Don Santiago es Kuemeine, la anaconda es la Vía Láctea.
Entre los Tunebo: Siria es Jehová; Kanuará el creador de los cerros se identifica con Jesucristo y su madre Ubuwa, una señorita vieja, es la Virgen María. Yaksowa, creador de las aguas, es el mismo Noé. Busaná, padre de los colonos y su esposa Siujana, son Adán y Eva, hijos de Cristóbal Colón. Sikakua es Bolívar; Busaná, Ujianá y Kaumaná los identifican como los tres reyes magos, éstos nunca llegaron al territorio Tunebo.
En las últimas décadas el desarrollo de las misiones y en general la expansión del Estado, ha estimulado nuevas formas de aculturación, al tiempo que el desarrollo del movimiento indígena en el país ha provocado el surgimiento de organizaciones indígenas locales, estableciendo un nuevo marco para las relaciones con la sociedad mayor, así como para las relaciones entre las diferentes etnias indígenas.

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